Amaranto blanco: propiedades, beneficios y usos prácticos
El amaranto blanco es una planta que suele pasar desapercibida en jardines y huertos urbanos. Muchos la consideran una hierba sin valor y la eliminan sin dudar. Sin embargo, esta especie utilizada históricamente en regiones tropicales de América es una fuente sobresaliente de nutrientes y compuestos medicinales que la convierten en un aliado natural para el organismo. Su presencia en la cocina y en la fitoterapia demuestra que estamos frente a un alimento funcional poco conocido que merece un lugar destacado en la vida diaria.
Qué es el amaranto blanco y por qué es tan valioso
El amaranto blanco pertenece a la familia Amaranthaceae y es una planta resistente que crece con facilidad en climas cálidos. A lo largo de la historia se ha usado como alimento, remedio natural y complemento dietético. Sus hojas tiernas son comestibles, y tanto la planta fresca como seca se emplean en infusiones, preparaciones culinarias, cataplasmas y recetas tradicionales.
Más allá de su sencillez, el amaranto blanco concentra una variedad de nutrientes esenciales que favorecen el buen funcionamiento del cuerpo.
Perfil nutricional del amaranto blanco
Consumido de forma moderada y regular, el amaranto blanco aporta compuestos clave para el equilibrio de la salud. Entre sus principales nutrientes destacan:
- Alto contenido de vitamina C, superior al de varias frutas cítricas.
- Vitaminas del complejo B: B1, B2, B3, fundamentales para la energía celular.
- Cantidades apreciables de vitamina A relacionada con la salud visual y el sistema inmunitario.
- Minerales como hierro, calcio, magnesio y potasio.
- Proteínas vegetales ricas en lisina, aminoácido de gran importancia para dietas vegetarianas.
- Fibra alimentaria que contribuye a una digestión eficiente.
Este aporte nutricional convierte al amaranto blanco en un alimento completo que puede complementar dietas simples o con carencias, especialmente en lugares donde el acceso a alimentos frescos es limitado.
Beneficios comprobados del amaranto blanco para la salud
El amaranto blanco se utiliza tanto en la alimentación como en la medicina tradicional gracias a sus efectos positivos en distintos sistemas del organismo. Entre sus beneficios más destacados se encuentran:
1. Estimula la función cerebral
Su aporte de hierro, folatos y vitaminas del complejo B favorece la oxigenación cerebral y la producción de neurotransmisores. Consumirlo con frecuencia puede ayudar a mejorar la concentración y fortalecer la memoria, especialmente en estudiantes, adultos mayores o personas sometidas a altos niveles de trabajo intelectual.
2. Favorece el equilibrio digestivo
Las hojas de amaranto blanco contienen fibra soluble e insoluble, ideal para mejorar el tránsito intestinal, reducir la hinchazón y contribuir a procesos de desintoxicación natural. En comunidades rurales se utiliza en sopas y guisos para aliviar molestias intestinales leves.
3. Efecto antiinflamatorio y cicatrizante
Tanto en infusión como aplicada en cataplasmas, esta planta es utilizada para calmar irritaciones, heridas superficiales y picaduras. Sus compuestos antioxidantes favorecen la reparación de los tejidos y reducen la inflamación localizada.
4. Apoyo al equilibrio hormonal femenino
En diversas culturas se emplea para aliviar molestias menstruales y regular el ciclo. Sus nutrientes participan en la producción hormonal y pueden contribuir a disminuir dolores, fatiga o cambios emocionales asociados a la menstruación.
5. Acción relajante y antiestresante
Gracias a su aporte de magnesio y aminoácidos que actúan en el sistema nervioso, se considera una planta adecuada para calmar la tensión emocional, mejorar la calidad del sueño y favorecer un estado general de tranquilidad.

Cómo consumir el amaranto blanco en la vida diaria
Integrar esta planta a la alimentación es sencillo y permite variar la dieta sin necesidad de ingredientes costosos. Se puede utilizar de varias formas:
- Infusión con hojas secas para favorecer la relajación o aliviar molestias digestivas.
- En polvo añadida a batidos, cremas o sopas.
- Como ingrediente culinario: sus hojas pueden cocinarse como espinacas e incluirse en tortillas, guisos, empanadas, arroces o acompañamientos de verduras.
Es recomendable comenzar con cantidades moderadas si no se ha consumido antes, especialmente en niños, embarazadas o personas con problemas digestivos diagnosticados.
Cómo cultivar amaranto blanco en casa
El amaranto blanco es sencillo de sembrar y no requiere cuidados intensivos. Se adapta a suelos pobres, resiste sequías moderadas y crece bien en macetas o jardines. Solo necesita:
- Exposición al sol durante varias horas al día.
- Riego regular sin excesos de humedad.
- Suelo aireado con buen drenaje.
Al ser una planta resistente, su cultivo es ideal para huertos urbanos, espacios pequeños o personas con poca experiencia en jardinería. Además, es una alternativa sostenible para reducir el consumo de productos industrializados y aprovechar alimentos locales.
Preguntas frecuentes sobre el amaranto blanco
¿El amaranto blanco es seguro para cualquier persona?
Su consumo moderado es seguro en la mayoría de los casos. Sin embargo, se recomienda precaución en personas con alergias alimentarias específicas o enfermedades gastrointestinales severas. Ante dudas, es aconsejable consultar con un profesional de salud.
¿Puede consumirse crudo?
Puede consumirse crudo en pequeñas cantidades, pero lo ideal es cocinarlo para mejorar su digestibilidad y aprovechar mejor sus nutrientes.
¿Tiene efectos secundarios?
En exceso puede causar molestias digestivas debido a su contenido de fibra. Por eso es recomendable incorporarlo progresivamente.
¿Es lo mismo que el amaranto comercial que se vende como cereal?
No. Comparten familia botánica, pero el amaranto blanco corresponde a otra variedad utilizada principalmente por sus hojas y no por sus semillas.