Cómo cultivar microverduras (microgreens) y sus beneficios
Las microverduras, conocidas como microgreens, son plantas jóvenes que se cosechan en su etapa inicial de crecimiento, generalmente entre 7 y 21 días después de la siembra. Su popularidad ha crecido en los últimos años debido a su sabor intenso, su color vibrante y, sobre todo, por sus beneficios nutricionales. Cultivar microverduras en casa es una actividad gratificante y accesible para cualquier persona, sin importar su experiencia en jardinería. A continuación, te guiamos paso a paso en el proceso de cultivo y te explicamos por qué son tan beneficiosas para la salud.
Beneficios de las microverduras
Antes de sumergirnos en el proceso de cultivo, es importante entender qué hace a las microverduras tan especiales. Estos pequeños brotes están repletos de nutrientes. De hecho, algunos estudios han mostrado que contienen hasta 40 veces más vitaminas y minerales que sus versiones adultas. Por ejemplo, puedes encontrar cantidades significativas de vitamina C, vitamina E, y diversas fitoquímicos que ayudan a combatir el daño oxidativo en el cuerpo.
Además de sus propiedades nutricionales, las microverduras son fáciles de cultivar en casa. No requieren mucho espacio ni condiciones de crecimiento complicadas, lo que las convierte en una opción ideal incluso para quienes viven en apartamentos. Ahora que conoces sus beneficios, aquí está cómo empezar a cultivarlas.
Paso a paso para cultivar microverduras
1. Remojar las semillas
El primer paso en el cultivo de microverduras es remojar las semillas. Este paso es crucial porque ayuda a iniciar el proceso de germinación. Debes sumergir las semillas en agua durante aproximadamente 6 a 8 horas. Una vez transcurrido este tiempo, es importante escurrirlas bien para evitar el exceso de humedad, lo que puede causar moho.
2. Preparar el tapete de cultivo
El siguiente paso es preparar el tapete de cultivo. Puedes usar un tapete de cultivo de fibra de coco o un sustrato específico para microverduras. Corta el tapete del tamaño adecuado para que quepa en tu recipiente de cultivo. A continuación, empapa el tapete con agua. Si tienes acceso a agua de lluvia, es preferible usarla. Si solo tienes agua del grifo, déjala reposar durante 24 horas para que el cloro se evapore.
3. Esparcir las semillas
Una vez que el tapete esté preparado, es el momento de esparcir las semillas. Toma alrededor de 2 cucharadas soperas de las semillas germinadas y distribúyelas de manera uniforme sobre el tapete. Asegúrate de que estén bien repartidas para que cada semilla tenga la oportunidad de crecer. Si las semillas parecen secas, puedes rociarlas ligeramente con un poco de agua para humedecerlas.
4. Cubrir y colocar en luz
Después de esparcir las semillas, cubre el recipiente con una tapa o un plástico transparente para crear un ambiente cálido y húmedo que fomente la germinación. Coloca el recipiente cerca de una ventana soleada. La cantidad de tiempo necesario para que las semillas germinen variará según el clima: en climas fríos, esperarás alrededor de 5 días, mientras que en climas cálidos, la germinación puede ocurrir en solo 1 a 2 días. Es importante regar diariamente para mantener la humedad adecuada.
5. Regar a diario
Una vez que los brotes hayan echado raíces, es fundamental regar generosamente y asegurarte de drenar el exceso de agua. Observa el crecimiento de los brotes; deben alcanzar al menos un centímetro antes de cosecharlos. Un riego adecuado asegura que tus microverduras se mantengan saludables y robustas.
6. Cosechar
El momento de la cosecha es emocionante. Cuando los brotes hayan crecido lo suficiente, puedes cortarlos con tijeras. Asegúrate de dejar algunos brotes en el tapete para que sigan creciendo. Si no planeas consumir todas las microverduras de inmediato, guárdalas en una bolsa hermética junto con una toallita húmeda en el refrigerador. De esta manera, se mantendrán frescas durante 5 a 7 días.
Consejos adicionales
Para asegurarte de siempre tener microverduras frescas en casa, considera cultivar varios lotes de manera escalonada. Esto te permitirá disfrutar de estos nutritivos brotes de forma continua sin preocupaciones.
Conclusiones
Cultivar microverduras no solo es un pasatiempo gratificante, sino que también te proporciona una fuente abundante de nutrientes en tu dieta diaria. A medida que te familiarices con el proceso, podrás experimentar con diferentes variedades, como rúcula, albahaca y remolacha, lo que hará tu experiencia aún más placentera y deliciosa. ¡Anímate a comenzar tu propio cultivo de microverduras y disfruta de sus beneficios frescos y llenos de vida!
