Cómo Podar una Higuera Paso a Paso: Guía Completa para una Cosecha Abundante
La poda de la higuera es una tarea esencial para mantenerla fuerte, sana y productiva. No se trata únicamente de cortar ramas: una buena poda implica conocimiento, observación y técnica. Con el método adecuado, mejorarás la forma del árbol, estimularás la fructificación y garantizarás una mejor ventilación y exposición solar. A continuación, encontrarás una guía completa sobre cómo podar tu higuera correctamente para disfrutar de una producción de higos más abundante y de mejor calidad.
Por qué es importante podar una higuera
Podar una higuera de manera regular ayuda a controlar su crecimiento, prevenir enfermedades y favorecer el desarrollo de ramas fructíferas. También mejora la penetración de la luz y el aire en el interior del árbol, lo que se traduce en una mayor cantidad de frutos bien formados y dulces.
Además, una poda bien ejecutada alarga la vida útil de la planta y mantiene su estructura equilibrada, evitando que el peso de las ramas provoque roturas o daños durante la cosecha.
Cuándo podar una higuera
El momento ideal para podar es durante el invierno o a comienzos de la primavera, cuando el árbol se encuentra en reposo vegetativo. Esto evita la pérdida excesiva de savia y reduce el riesgo de infecciones.
Si realizas pequeñas podas de mantenimiento, puedes hacerlas también a finales del verano, una vez finalizada la producción de frutos, para mantener la forma del árbol sin debilitarlo.
Paso 1: Eliminar ramas muertas, enfermas o dañadas
El primer paso es inspeccionar cuidadosamente la higuera. Retira todas las ramas secas, quebradas o afectadas por hongos y plagas. Las ramas con manchas oscuras, moho o signos de pudrición deben eliminarse por completo.
Esta limpieza inicial evita que las enfermedades se propaguen y estimula el crecimiento de nuevos brotes sanos. Usa siempre tijeras o sierras bien afiladas y limpias para realizar cortes precisos, preferiblemente en ángulo, para facilitar la cicatrización natural del árbol.
Paso 2: Recortar las ramas largas y equilibrar la copa
Una vez eliminadas las ramas muertas, pasa a la poda de formación. Recorta las ramas que crecen en direcciones indeseadas o que se extienden demasiado. El objetivo es mantener una copa equilibrada, abierta y bien ventilada.
Un diseño de copa en forma de vaso o cuenco es ideal para las higueras, ya que permite que la luz penetre en el centro del árbol y promueve una producción uniforme.
Recuerda no excederte en la poda: eliminar demasiadas ramas puede reducir la capacidad fotosintética y afectar la próxima cosecha.
Paso 3: Realizar cortes estratégicos para mejorar la circulación del aire
Las ramas verticales o demasiado juntas pueden obstaculizar la circulación de aire y favorecer la humedad excesiva. Realiza cortes selectivos en aquellas zonas donde el follaje esté muy denso.
Estos cortes no solo mejoran la aireación, sino que también previenen la aparición de enfermedades como la botritis o el oídio. Además, al facilitar el drenaje de agua y la exposición solar, se consigue una maduración más uniforme de los higos.
Paso 4: Desinfectar las herramientas antes y después de podar
Uno de los errores más comunes es utilizar herramientas sin desinfectar. Antes de comenzar, limpia tijeras, serruchos y cuchillos con alcohol o una mezcla de cloro y agua.
Después de la poda, repite el proceso para eliminar restos de savia o esporas de hongos que puedan quedar adheridas. Este sencillo hábito previene la transmisión de enfermedades entre árboles y garantiza cortes más limpios y seguros.

Paso 5: Aplicar cuidados posteriores a la poda
Tras la poda, la higuera entra en una etapa de recuperación. Es fundamental proporcionarle los cuidados necesarios para fortalecerla y prepararla para el siguiente ciclo de producción.
Fertilización adecuada
Aplica un fertilizante orgánico o compost rico en potasio y fósforo. Estos nutrientes son esenciales para fortalecer las raíces y estimular la formación de nuevos brotes fructíferos. Evita los fertilizantes con alto contenido de nitrógeno, ya que favorecen el crecimiento de hojas en lugar de frutos.
Riego controlado
Riega con moderación para mantener la humedad del suelo sin llegar al encharcamiento. Un exceso de agua puede provocar la pudrición de raíces. En climas cálidos, riega más frecuentemente pero en pequeñas cantidades.
Protección invernal
Si vives en una zona con inviernos fríos, protege la base del árbol con mantillo orgánico o paja seca. En casos de heladas severas, puedes envolver el tronco con una tela transpirable o malla protectora para evitar daños por bajas temperaturas.
Paso 6: Mantener una rutina de cuidado continuo
Una higuera bien cuidada necesita revisiones regulares a lo largo del año. Observa su evolución después de la poda: si aparecen ramas nuevas demasiado densas, recórtalas ligeramente para mantener la forma del árbol.
El mantenimiento constante no solo mejora la estética, sino que también garantiza cosechas más abundantes y sabrosas. Una rutina de riego equilibrado, poda ligera y fertilización periódica marcará la diferencia en la salud general del árbol.
Consejos prácticos para una poda exitosa
- Realiza cortes siempre por encima de un brote sano orientado hacia el exterior.
- Evita podar en días lluviosos o muy fríos para reducir el riesgo de infecciones.
- No elimines más de un tercio del volumen total del árbol por temporada.
- Revisa regularmente el interior de la copa para eliminar ramas cruzadas.
- Aplica pasta cicatrizante en los cortes grandes para prevenir la entrada de hongos.
Errores comunes al podar una higuera
- Poda excesiva: debilita el árbol y retrasa la producción.
- Falta de desinfección: puede transmitir enfermedades.
- Cortes horizontales: retienen agua y aumentan el riesgo de pudrición.
- Descuidar la forma del árbol: afecta la exposición solar y el crecimiento equilibrado.
Beneficios de una poda adecuada
- Aumenta la cantidad y calidad de los higos.
- Fortalece la estructura del árbol frente al viento y las lluvias.
- Mejora la circulación de aire y reduce la aparición de plagas.
- Facilita la recolección de frutos y el mantenimiento del árbol.
Preguntas frecuentes
¿Cuántas veces al año se debe podar una higuera?
Una poda principal al año es suficiente, preferiblemente en invierno o comienzos de primavera. En verano puedes hacer ligeras podas de mantenimiento si es necesario.
¿Qué herramientas son las más adecuadas para podar?
Tijeras de podar, serruchos de mano y cuchillos afilados son las herramientas básicas. Asegúrate de que estén limpias y desinfectadas antes de comenzar.
¿Se puede podar una higuera joven?
Sí, pero con precaución. En los primeros años, la poda debe enfocarse en dar forma al árbol y eliminar ramas débiles, sin reducir demasiado su tamaño.
¿Cómo evitar que la higuera crezca demasiado?
La poda de control, realizada anualmente, es la mejor forma de mantener un tamaño manejable. También puedes seleccionar pocas ramas principales y eliminar los brotes basales.
¿Qué hacer si mi higuera no produce frutos?
Revisa la luz solar, el riego y el tipo de suelo. Una poda excesiva o la falta de nutrientes pueden afectar la fructificación. Aplica fertilizantes equilibrados y mantén una poda moderada.
Enlaces internos sugeridos
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- Trucos naturales para proteger tus árboles del invierno
(Publicados en trucosdevida.com)
Enlaces externos recomendados
- Buenas prácticas agrícolas – FAO
- Cuidado y mantenimiento de frutales – Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
- Guía sobre poda de árboles frutales – Universidad de Valencia
Palabra clave principal: podar una higuera
Palabras relacionadas: poda de higueras, cuidados del higo, árboles frutales, poda de mantenimiento, cultivo de higuera, fructificación, poda en invierno, abono natural
Este artículo ofrece una guía completa y práctica sobre cómo podar una higuera correctamente, explicando los pasos esenciales, las técnicas seguras y los cuidados posteriores que garantizan una cosecha saludable, abundante y sostenible a lo largo de los años.