Guía para Podar la Lavanda y Preservar su Belleza Floral
El arte de podar la lavanda es esencial para asegurar que tus plantas luzcan siempre en su mejor forma y estén colmadas de flores. A continuación, encontrarás una serie de recomendaciones organizadas por etapas de crecimiento de la planta.

1. Poda para Plantas Nuevas
Si estás comenzando con plantas nuevas, es recomendable realizar un recorte inicial. Antes de proceder a la siembra, corta el follaje y las flores entre un tercio y la mitad de su longitud. Para estimular un crecimiento en montículo, asegúrate de que los tallos exteriores sean más cortos que los del centro.
2. Poda para Lavanda Establecida
Una vez que tu lavanda haya alcanzado el primer año de vida, puedes comenzar a podarla de manera más regular. Esto debe hacerse después de que las flores hayan perdido su frescura. Busca la base leñosa de la planta y corta los brotes suaves unos pocos centímetros por encima de esa unión. Es ideal moldear la planta de manera que los tallos periféricos queden más bajos que los del centro.
3. Poda de Flores Marchitas
En el caso de las variedades que florecen nuevamente, es importante saber cuándo y cómo realizar la poda. Tras la caída de las flores, corta justo por encima del primer conjunto de hojas. Esto ayudará a inducir una segunda floración y a mantener la planta vibrante.
Recuerda evitar cortes sobre los tallos leñosos, así como realizar la poda después de agosto, ya que de lo contrario podrías debilitar la lavanda.
¡Siguiendo estos simples pasos, lograrás que tu lavanda se mantenga saludable y hermosa año tras año!