La conexión entre abejas y flores: un proceso vital para la naturaleza
La relación entre abejas y flores es fundamental y se basa en una comunicación constante entre ambas especies. Las flores producen nectar y polen, sustancias irresistibles para las abejas. A su vez, estas insectos emiten feromonas que atraen a otros miembros de su colonia hacia las mismas flores.

El proceso de polinización
Todo comienza cuando una abeja se posa en una flor en busca de néctar. Al hacerlo, se cubre de polen que se adhiere a su cuerpo. Luego, cuando vuela hacia otra flor, transporta el polen, facilitando así la polinización y el intercambio genético entre plantas. Este proceso no solo es esencial para la reproducción de las plantas; también es crucial para la producción de semillas. Sin la polinización, muchas plantas tendrían dificultades para reproducirse, lo que afectaría seriamente la biodiversidad y la producción de alimentos.
Impacto en la economía
La interacción entre abejas y flores no solo tiene consecuencias en el medio ambiente, sino también en la economía. La polinización es un elemento clave para cultivar una amplia variedad de productos agrícolas, incluyendo frutas, verduras y semillas. Sin este proceso, la producción de estos cultivos sufriría cambios significativos que afectarían los mercados y el suministro de alimentos.
Plantas que atraen abejas
Para fomentar la llegada de abejas en tu jardín, considera cultivar las siguientes plantas, que son altamente atractivas para estos polinizadores:
- Lavanda (Lavandula spp.)
- Rosales (Rosa spp.)
- Zinnias (Zinnia spp.)
- Caléndula (Calendula officinalis)
- Girasoles (Helianthus annuus)
- Cosmos (Cosmos bipinnatus)
- Maravillas (Mirabilis jalapa)
- Pétunias (Petunia spp.)
- Hortensias (Hydrangea spp.)
- Fresas (Fragaria spp.)
- Manzanilla (Matricaria chamomilla)
- Almendros (Prunus dulcis)
- Cerezos (Prunus avium)
- Melocotones (Prunus persica)
- Naranjos (Citrus sinensis)
- Limones (Citrus limon)
- Azucenas (Lilium spp.)
- Tulipanes (Tulipa spp.)
- Dalias (Dahlia spp.)
- Géraniums (Pelargonium spp.)
- Verbena (Verbena spp.)
- Menta (Mentha spp.)
- Albahaca (Ocimum basilicum)
- Romero (Rosmarinus officinalis)
- Tomillo (Thymus spp.)
- Orégano (Origanum spp.)
- Salvia (Salvia spp.)
- Espliego (Lavandula stoechas)
- Campanillas (Campanula spp.)
- Digitalis (Digitalis purpurea)
- Lirios (Lilium spp.)
- Peonías (Paeonia spp.)
- Rododendros (Rhododendron spp.)
- Azaleas (Rhododendron spp.)
- Gardenias (Gardenia jasminoides)
- Jazmines (Jasminum spp.)
- Madreselva (Lonicera spp.)
- Hiedra (Hedera helix)
- Vides (Vitis spp.)
- Fuchsias (Fuchsia spp.)
- Begonias (Begonia spp.)
- Coleus (Solenostemon scutellarioides)
- Impatiens (Impatiens walleriana)
- Hibiscus (Hibiscus spp.)
- Mandarinas (Citrus reticulata)
- Naranjos amargos (Citrus aurantium)
- Cipreses (Cupressus spp.)
- Eucaliptos (Eucalyptus spp.)
- Arrayanes (Myrtus communis)
- Mirto (Myrtus communis)
Celebremos el valioso papel que desempeñan las abejas en nuestro ecosistema y trabajemos para protegerlas, asegurando así la continuidad de esta maravillosa interacción que beneficia tanto a la flora como a la fauna.