Shakshuka: la receta mediterránea que conquista el desayuno y el brunch

La shakshuka es un plato tradicional originario del norte de África y muy popular en todo el Mediterráneo. Se trata de una receta sencilla, nutritiva y llena de sabor, basada en huevos cocidos sobre una salsa espesa de tomate, pimientos, ajo y especias. Su textura, aroma y versatilidad la han convertido en una de las preparaciones preferidas para el desayuno o el brunch en numerosos países.

En este artículo descubrirás cómo preparar una shakshuka perfecta en casa, los mejores trucos para conseguir una salsa equilibrada y algunas variaciones creativas que puedes adaptar a tu gusto.

Qué es la shakshuka

La shakshuka, cuyo nombre en árabe significa “mezcla”, es un guiso a base de tomates y pimientos sobre el que se cocinan huevos directamente en la sartén. Aunque su origen exacto se disputa entre Túnez, Marruecos y Libia, se popularizó en Oriente Medio, especialmente en Israel, donde se convirtió en un símbolo de la cocina casera.

Este plato combina ingredientes simples pero potentes: tomates frescos, cebolla, ajo, aceite de oliva y especias como el comino y el pimentón. El resultado es una salsa rica y ligeramente picante que sirve como cama para los huevos, cocinados hasta que las claras están firmes y las yemas permanecen cremosas.

Ingredientes para preparar shakshuka casera

Para dos o tres porciones necesitarás:

  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cebolla mediana picada finamente
  • 1 pimiento rojo cortado en cubos pequeños
  • 2 dientes de ajo picados
  • 500 g de tomates maduros pelados y picados o una lata de tomate triturado natural
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • ½ cucharadita de comino molido
  • ½ cucharadita de chile o pimentón picante (opcional)
  • Sal y pimienta negra recién molida al gusto
  • 6 huevos
  • Perejil fresco picado para decorar
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Preparación paso a paso

1. Sofríe las verduras

Calienta el aceite de oliva en una sartén grande, preferiblemente de hierro fundido. Añade la cebolla y el pimiento rojo y cocina a fuego medio durante unos 5 minutos, hasta que estén tiernos y ligeramente dorados.

2. Incorpora el ajo y las especias

Agrega los dientes de ajo picados, el comino, el pimentón dulce y, si lo prefieres, una pizca de chile. Cocina todo junto durante 1 o 2 minutos para que las especias liberen su aroma.

3. Añade los tomates

Incorpora los tomates picados y sazona con sal y pimienta. Cocina a fuego medio-bajo durante unos 10 o 15 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta obtener una salsa espesa y bien integrada. Si usas tomates en conserva, puedes añadir una pizca de azúcar para equilibrar la acidez.

4. Cocina los huevos

Haz pequeños huecos en la salsa con una cuchara y rompe un huevo en cada espacio. Tapa la sartén y cocina de 5 a 7 minutos, hasta que las claras se cuajen y las yemas queden ligeramente líquidas. Si prefieres los huevos más cocidos, deja un par de minutos adicionales.

5. Decora y sirve

Antes de servir, espolvorea perejil fresco picado. Sirve la shakshuka directamente en la sartén con pan crujiente o pan de pita para disfrutar de la salsa.

Variaciones populares

  • Shakshuka con queso feta: añade trozos de queso feta justo antes de tapar la sartén. Aporta un sabor salado y cremoso que combina perfectamente con los tomates.
  • Shakshuka verde: sustituye los tomates por espinacas, acelgas o calabacín. Es una versión más ligera pero igualmente deliciosa.
  • Shakshuka con chorizo o merguez: para un toque más intenso, añade rodajas de embutido al sofrito de verduras.
  • Versión con garbanzos: mezcla una taza de garbanzos cocidos con la salsa antes de añadir los huevos. Aporta proteína vegetal y textura.
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Consejos para una shakshuka perfecta

  • Usa tomates maduros o de buena calidad para lograr una salsa espesa y sabrosa.
  • No remuevas los huevos una vez que los incorpores; así conservarán su forma y textura.
  • Controla el fuego para evitar que las yemas se cocinen demasiado rápido.
  • Si lo deseas, puedes preparar la salsa con antelación y añadir los huevos justo antes de servir.

Beneficios nutricionales

La shakshuka no solo es deliciosa, sino también nutritiva. Es rica en proteínas, antioxidantes y grasas saludables. Los tomates aportan licopeno, un antioxidante que favorece la salud cardiovascular, mientras que los huevos son una excelente fuente de proteínas completas y vitaminas del grupo B. Además, al cocinarse con aceite de oliva, contribuye al equilibrio del colesterol y a una digestión saludable.

Cómo acompañar la shakshuka

La shakshuka se disfruta mejor con pan recién horneado, pita, pan de masa madre o incluso tostadas integrales. También puedes acompañarla con arroz, cuscús o una ensalada fresca de pepino y menta para equilibrar los sabores.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Puedo hacer shakshuka con huevos revueltos?
Sí, aunque la versión tradicional utiliza huevos enteros. Si prefieres, puedes batirlos y verterlos sobre la salsa para obtener una textura similar a unos huevos al estilo mexicano.

¿Se puede preparar la shakshuka con antelación?
La salsa base sí. Puedes cocinarla y conservarla en el refrigerador hasta tres días. Solo tendrás que calentarla y añadir los huevos justo antes de servir.

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¿Qué hacer si la salsa queda demasiado líquida?
Déjala cocinar sin tapa durante unos minutos más hasta que el exceso de agua se evapore y la salsa espese.

¿Es apta para dietas vegetarianas?
Sí, la shakshuka es completamente vegetariana y puede adaptarse fácilmente a dietas sin gluten o sin lactosa.

¿Puedo congelar la shakshuka?
Es posible congelar solo la salsa, sin los huevos. Una vez descongelada, se recalienta y se cocinan los huevos frescos encima.

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